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Bestiario corporativo: Monstruos en tu trabajo

Estos engendros con las que miles de héroes y heroínas tienen que lidiar, se hacen llamar en nuestros días de forma genérica “jefes” y “compañeros”.

Las nuevas aventuras de la humanidad suceden en laberintos minoicos de tabla roca, en naves de cristal que navegan mares de politiquería corporativa plagados de monstruos horrendos que, si Heracles los tuviera que enfrentar, pondría sus sandalias en polvorosa. Son bestias que lejos de ser adversarios dignos (como lo sería la competencia de otra empresa), resultan ser enemigos ilógicos que se alimentan del dolor ajeno. De estos seres emanan todo tipo de humores fétidos de envidia y retroceso. Estos engendros con las que miles de héroes y heroínas tienen que lidiar, se hacen llamar en nuestros días de forma genérica “jefes” y “compañeros”.

Soy un viejo sobreviviente, y en ayuda de los que sufren su propia Odisea, he aquí una descripción de las bestias que yo he enfrentado; que sirva de guía o al menos de entretenimiento para otros argonautas. No son fantasías, son muy reales… y es muy probable que en este momento tu propia epopeya incluya al menos uno de ellos.

Nota: A todas las bestias se les nombra en femenino o masculino, pero pueden ser de cualquier género.

Sin sentimientos de respeto, ¿cómo distinguir a los hombres de las bestias?” Confucio.

Cíclope

Monstruo de poca visión, no muy hábil. Cuando no es lento es estorboso o simplemente tonto. Poco capaz, pero de gran tamaño dentro de la organización; aunque lo desprecies tiene suficiente poder para aplastarte y desaparecerte de la historia. John Hoover en su libro “Cómo trabajar para un idiota”, describe la experiencia con un cíclope de la siguiente forma: “Los idiotas no saben que lo son, y cuando llegan a ser jefes no es gracioso. Ellos se creen más de lo que son”.

Tip heróico: Al ser de visión corta, ofrécele la tuya. Hazle creer que tus ideas son de él, sonreirá bobo y pensará que es un genio. Se necesita ser un auténtico héroe para tolerar que él se lleve el reconocimiento, pero será temporal; en algún momento tendrás que cegarlo y largarte de su lado, dejándolo solo en su cueva de egoísmo e imbecilidad… a menos, claro, que te hayas acostumbrado al agrio potaje que te da para mantenerte vivo y preso (tu seguro sueldo quincenal).

Arpías

 

Es un grupo de jefecillos en la empresa; ambiciosas aberraciones que se dedican a “arpiar” a los demás por el poder que les es conferido por el propio pueblo y algún dios. Con sus garras pescan y llevan al Hades sus hurtos, incluidas las almas de las otrora buenas personas. Solamente ven por su propio interés. Preparan caldos y pócimas diabólicas en sus “juntas”, que realmente son aquelarres siniestros con el diablo (lo besan convertido en chivo pensando que eso les dará dinero y poder). Es difícil que prosperen tus ideas en beneficio de la organización ante esta magia negra.

Tip heróico: Se requiere de una capa invisible de paciencia (pídesela a Cronos, padre del tiempo). Dismimuladamente, ponte de su lado como mero observador del aquelarre, pero no beses al chivo de la corrupción, por atractivo que te parezca al estar ahí. Estas bestias se cruzaron con otras llamadas “las grises” y se vieron afectadas por una maldición: poseen entre todas, un solo ojo que comparten (su egoísmo) para ver en turnos. Así que finge que sostienes ese horroroso ojo… mientras en la olla que ellas rodean, vierte cuatro ramas verdes de responsabilidad social, tres amargas gotas de lágrimas de estoicismo, y un corazón de pasión por un proyecto importante (sólo uno para que no lo noten). Piensa que todo es temporal, su pobre ojo eventualmente será comido por el chivo con el que bailan desnudas, de eso que no te quepa duda.

Górgona

Persona que probablemente fue bella en algún sentido (no necesariamente físico), pero la vida le ha jugado mal, y ahora vive molesta petrificando a todo el que se presente ante su vista. Las serpientes de su cabeza le hablan todo el tiempo sobre ideas negativas, que le hacen desconfiar en 360° y atacar brutalmente, sin piedad. La górgona más famosa fue Medusa, hoy es muy común encontrar especímenes en el área de finanzas o contabilidad, pero su hábitat puede ser cualquier lugar que le permita ejercersu agrio poder. Una característica importante es que actúa como si la empresa fuera suya.

Tip heróico: No la enfrentes directamente, busca que su amargura se refleje en tu escudo de sensatez y educación, no te petrifiques odiándola. Al ver sus propios actos, eventualmente cambiará (pasa cuando se enferman de tanta acidez en su sangre) o morirá bajo su propio poder petrificada… algún día… porque viven mucho en las empresas.

Pitón

Gigantesca víbora, ágil e inteligente, tal vez con menos estudios que tú, pero mucho más malicioso y ambicioso. Tiende a perseguir porque se siente a su vez perseguido por un dios que sabe lo que es y hace… a ese dios unos le llaman Apolo, otros Consciencia. Se desplaza siempre baja el agua; el cree que se esconde, pero todos lo notan. Hiede de la boca (invariablemente) y a veces consiente a algunos humanos que tontamente creen que son ayudados; lo que no saben es que en realidad son esclavos o ganado de engorda. Odia a los que saben más o que destacan, el Pitón es envidioso sin saberlo y le repugna lo que brilla, trata de engullirlo o como anaconda… lo estrangula.

Tip heróico: Tienes dos opciones: evadirlo o enfrentarlo. Evadirlo es lo más sensato, recuerda que hiede (con esta bestia tu mejor arma es el olfato intuitivo), así que sabrás cuando está cerca. Le gusta que su presa madure… tarda aproximadamente un año en atacarte repentinamente para que desaparezcas. Así que cuando lo percibas, ten claro el tiempo que te queda para moverte.

Es más divertida la segunda opción: enfrentarlo. Es más poderosos que tú y muy inteligente, así que vale la pena sacar la espada de nombre “Autoestima” que Zeus te dio, y clavársela varias veces en el ego de su ignorancia. Es importante que nunca olvides que el escudo que te dio Atenea llamado “Idealismo” es mayor que tus propios intereses, y de ahí proviene su magia y poder. Como buen héroe, probablemente mueras (te corran) … pero he aquí lo maravilloso: aunque seas griego, pasarás como vikingo al Valhalla por tu heroísmo (una especie de Olimpo). En otro paraíso (empresa, institución) podrás contar tus aventuras para que otros aprendan, o regresar a la tierra y volverte Pitoniso(a), gracias al poder predictivo que te dejó su mal olor de boca.

Grifo

Son estos monstruillos que aparecen adosados en catedrales dando un toque maligno y diabólico a las fachadas. En las organizaciones se presentan como burócratas molestos que con su pequeño poder pueden causarte grandes corajes. Pareciera que no pueden hacerte gran daño a simple vista, pero intenta pasar una requisición, gasto de viaje, o resolver algún tema de calidad, y estarán ahí para arruinar tu día. En el gobierno son las personas de ventanilla que pueden detener a gente enferma esperando servicio médico, mientras ellos desayunan; o pedir documentos innecesarios que obviamente no traes; o en general hacer patente su pico punzante en algún trámite porque disfrutan tu dolor… sus alas son las normatividades que algún cíclope creó y que ellas “resguardan”.

Tip heróico: No queda más que fingir que eres su amigo. Su frustración se debe a que en el fondo se sienten fracasados, creen merecer más y quieren demostrar su poder de alguna forma. Platica con ellos sonriente y si la cosa se pone difícil, ofréceles un regalo (sin caer en el soborno ilegal), hasta un simple detalle como galletas de la maquinita funciona a veces. Tienes que calibrarlos; el objetivo es agradarles, de ahí en adelante no te picotearán… e inclusive es posible que te ayuden en algunas de tus misiones heroicas.

Cancerbero

Es el perro (perra) de tres cabezas que guarda las puertas del Hades. En las empresas adquirió trabajo como el personaje que tienes que tratar antes de que puedas platicar con un pez gordo o dios. Una secretaria o asistente personal podría ser en realidad un espécimen Cancerbero, lo puedes reconocer por su actitud altiva y por la lealtad mal entendida en poder dar acceso o no al personaje importante. Pueden rechazarte ferozmente o inclusive darte órdenes dado que están envestidos del halo de su patrón. Smithers, el asistente del Sr. Burns, y Doug Stamper asistente de Frank Underwood, son excelentes especímenes de este mortífero can.

Tip heróico: A esta bestia sólo dos veces la vencieron. La primera fue Orfeo con una lira, y la segunda Herácles (Hércules para los amigos) con fuerza bruta. Ninguno pudo eliminarlo. No es recomendable que utilices tu fuerza herculina que sabemos tienes, mejor encántalo con palabras bonitas, son música para sus sensibles oídos de perro fiel.

Minotauro

El hombre con cabeza de toro, hijo putativo del mismísimo rey Minos (de ahí proviene el nombre de la cultura minoica, y de ahí vienen las corridas de toros). Este monstruo lo encontramos en las empresas como “el hijo(a) del dueño”. Cabe señalar que no todos los hijos o nietos resultan así; este en particular, es una persona que lejos de ser productivo como el pater familias (que casi siempre es el fundador), es más bien ajeno a lo que se le exige como heredero. Cuando no es incompetente (debido a ser excesivamente consentido toda su vida), es débil o simplemente no tiene pasión por la empresa (sueña con ser otra cosa que nunca será). Está encerrado en un laberinto mental, resultado de su insatisfacción egótica: nunca podrá ser como su padre (madre), por ello enviste a mancebos y doncellas que le son entregados en sacrificio para mantenerlo calmado. Hace y deshace cosas sin sentido, ordena tonterías como “dueño” que es, y te puede llevar entre los cuernos si caes en ese lugar.

Tip heróico: Solo eres nadie… necesitas una Ariadne que te ayude con su hilo a recorrer el laberinto sin miedo a perderte. Ese hilo es un plan de salida: te ayuda a estar consciente de que no estás en un mundo real, y que permanecer ahí, puede acabar con tu vida. Toréalo un rato y luego salte de esa vida… a menos que te guste exponer, en tu entallado traje de luces, eso que pones por delante. ¿Lo vale?

Tifón

Es una bestia espantosa e impresionante que hasta los dioses temen, inclusive venció a Zeus por un momento. Lanza fuego por los ojos y es del tamaño de una montaña, pero no te confundas… en tu empresa puede ser un hombre de baja estatura, una mujer linda y esbelta, o una persona de características físicas indistintas. Lo terrible de esta bestia es la ambición que tiene de llegar al poder. Su fealdad es interna, y es tal, que puede pasar por encima de quien sea. Sufre el delirio de llegar a ser el CEO, Presidente o dueño de la organización, si lo logra será brutal y despedirá a cuanta persona se le antoje. Si no lo logra, será también devastador porque urdirá planes maquiavélicos, alianzas destructivas y cualquier cosa que esté a su alcance para ser cada día un poco más poderoso(a). En política abundan, actúan como Frank Underwood de House of Cards pero casi siempre sin esa personalidad, más bien, suelen tener un fuerte complejo escondido (búsquese razones de que Hitler y Napoleón fueran tan destructivos… se vale soltar una risita).

Tip heróico: Alíate con Zeus, con el que aún está en la cima del monte Olimpo. Sólo él puede detenerlo con sus relámpagos y mandarlo al mar a que genere tormentas de frustración. Aliarte con Tifón no funciona porque tarde o temprano te traicionará. Zeus, en cambio, funcionará por un rato y así podrás salir de ese lugar… porque la otra es convertirte tú mismo en un Tifón (no recomendable por aquello del complejo).

Sátiro y Sirena

El Sátiro es mitad hombre, mitad cabra. Es lascivo y vulgar. Es el que seduce y/o acosa en el trabajo. Si es jefe, es el que ofrece favores a cambio de “salir a cenar”. Cree que es discreto, pero todos notan que su comportamiento no es adecuado. La inmoralidad sexual lo une conceptualmente con la Sirena: bestia que es mitad pez, mitad mujer. Es la escaladora que basa su éxito en ofrecerse, primero juega un poco y seduce a quien le conviene. Existen sirenos, mal llamados tritones, con el mismo patrón de comportamiento animal. Al final, tanto el Sátiro como la Sirena quieren abusar de ti, no les importas como persona, sólo el beneficio que obtienen sin importar el daño.

Típ heróico: Al Sátiro denúncialo, es lo único que puedes hacer, no temas y hazlo. Aun si es el propio dueño o máxima autoridad; se avergüenzan y se alejan, eso te dará tiempo para maniobrar y cambiar de ambiente. Para vencer a la Sirena, debes evitar sus cantos; si es macho no creas halagos falsos a tus virtudes. Y si es hembra, aléjate de esa ilusión de conquistador que se debe a vestidos e insinuaciones tentadoras. Entiende que no le eres atractivo por tu galanura; si llegas a sentir sus filosos colmillos en tu cartera, sus escamas sin maquillar y el olor a pescado que expide de su otra mitad… es que es ya demasiado tarde, mi querido amigo argonauta… yo te abandonaría en el arrecife por tonto.

El Vellocino de Oro

Si bien ese pelaje de oro pertenece a una bestia, no necesariamente es malo… pero se puede convertir en algo peligroso. El pelaje pertenece al carnero Krysomallos y es resguardado por un dragón.

El vellocino es una idea, un negocio, un objetivo grande que… si logras… puede hacerte rico o de perdida, independiente. Es en realidad tu salida del mundo del “empleado”, no porque esté mal serlo, sino porque a la larga te conviene crear tu propio universo, tu propia Tierra, donde no temas siempre el que una bestia te corra dándote una patada con su pesuña.

Escucha bien ¡Oh Héroe Corporativo! El vellocino es importante pero no lo único, recuerda que tienes una damisela (o caballero) por quien luchas y con quien sueñas regresar algún día a tu villa. También recuerda valorar a los argonautas que te acompañan en estas aventuras. Existe un mundo más allá de tu objetivo, hecho por gente, plantas, animales, aire, agua, tierra… nunca lo olvides. Si no entiendes que ese vellocino es solo parte de ser héroe, y que ser héroe no es otra cosa que servir al bien común, puedes convertirte en alguna de los monstruos antes mencionados. Si eso pasa, tal vez te des cuenta demasiado tarde… pues seguramente lo harás cuando un héroe como el que alguna vez fuiste… te tenga en la mira de su arco, con su mano apretando tu único y desgastado ojo egoísta. Es característica de la bestia no darse cuenta que lo es: no tener consciencia hasta que ve la muerte.

Ya tienes nuevas armas y tácticas que te otorgaron los dioses. Ahora vuelve a esa nave de tabla roca y aglomerado… y lucha con inteligencia… ¡Oh poderoso guerrero! ¡Que Atenea y Jobs te acompañen!

“Un verdadero héroe no se mide por el tamaño de su fuerza, sino por el tamaño de su corazón.” Zeus (Hércules, Disney)

*Las ilustraciones fueron interpretaciones inspiradas por el libro Greek Legends de Terry Deary

Por: Alejandro Llantada

Fuente: Entrepreneur

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