La respuesta a esto no es absoluta, así que no voy a sugerirte que te cambies de trabajo o que te quedes en tu empresa. Lo que sí voy a decirte es qué factores debes tomar en cuenta.
Muchas personas están molestas por sus incrementos de sueldo; sienten que se esforzaron bastante durante todo el año y es injusto que no hayan recibido lo que esperaban. Los jóvenes, en especial, tienen mucha urgencia, quieren crecer, subir de nivel, ganar más y también quieren todo más rápido. Se comparan con sus amigos y no quieren menos; bueno, no menos de lo que sus amigos dicen que ganan. Crecimiento es la palabra clave. Quizá tú estés en ese caso.
Muchos no saben que ese nivel de incremento salarial general está ocurriendo en todo el mercado laboral mexicano. Piensan que eso ocurre sólo en su empresa, pero en realidad los sueldos se están incrementando apenas 2, 3 o 4%. En el mejor de los casos será un 5%. A veces ni siquiera hay aumentos. Estos ajustes hacen enojar a muchas personas que, sintiéndose frustradas y decepcionadas, deciden buscar o aceptar un empleo que pague mejor. Y entonces ocurre algo lamentable: el sueldo base, que obviamente es muy importante, se convierte en lo único importante.
Todo el enfoque está ahora en el salario y no importa nada más en la percepción de las personas, y aquí es cuando toman decisiones precipitadas. A veces se cambian a otro trabajo en el que les ofrecen un incremento atractivo, pero terminan dándose cuenta de que en realidad no era tan bueno como creían.
Y aquí es donde surge la pregunta… ¿Qué conviene más: cambiar de trabajo constantemente o quedarte a hacer carrera en la empresa en la que estás?
En muchas compañías, y para ciertas posiciones, alguien que se cambia frecuentemente de trabajo no genera una buena imagen, y eso es un factor importante en su contratación. Pero digamos, como premisa inicial, que alguien que permanece al menos cuatro años en su empleo, no genera una mala impresión para los reclutadores.
Del mismo modo, digamos que alguien que hace carrera en una empresa y tiene un buen desempeño, recibirá en promedio cada cuatro años un incremento por mérito; es decir, superior al general y debido a sus logros.
Ambas personas tendrán un “empujón” en sus ingresos cada cuatro años, la primera por una oferta externa y la segunda por un aumento por mérito. Suponiendo que la persona que se cambia de trabajo lo hace cada cuatro años y la que hace carrera recibe también cada cuatro años su incremento por mérito, ¿a quién le irá mejor al final de su carrera?
Detente un momento a pensar… ¿Qué convendría más: estar cambiando de trabajo cada cuatro años, obteniendo atractivas ofertas de sueldo, o hacer carrera completa en una empresa conservando tu antigüedad?
Obviamente la respuesta no es absoluta, pues dependerá de varios factores; por ejemplo, si al final de tu carrera tendrás un plan de pensiones o de qué nivel serán tus incrementos y cada cuándo los tendrás, pero podríamos decir, para efectos ilustrativos, que el punto de equilibrio lo podrías conseguir con un aumento por mérito del 11% cada cuatro años, contra un 20% que podrías conseguir con una oferta atractiva en tu cambio de trabajo.
En otras palabras, si cada cuatro años consiguieras un alza del 11% (y en los otros tres años sólo tuvieras el incremento general) y al final de tu carrera de 30 años en tu empresa recibieras tu indemnización legal (que sería algo atractivo pues hiciste carrera ahí y conservaste tu antigüedad) sería prácticamente lo mismo que una persona que se cambia de trabajo cada 4 años, obteniendo un 20% de crecimiento cada vez que se cambia y asumiendo que al final también recibe su indemnización, pero sólo de los últimos 10 años que, suponemos, ya no cambiará de empleo.
Entonces, con estas premisas, ambas personas recibirían casi la misma cantidad de dinero durante toda su vida laboral, aunque una de ellas haya hecho carrera completa en su empresa y la otra se haya estado cambiando de trabajo cada cuatro años por atractivos incrementos.
La intención de este ejercicio no es sugerirte que te cambies de trabajo ni que te quedes en tu empresa. Ninguno de los dos casos son ¡ni bueno ni malo! Quizás al final sea lo mismo.
El mensaje que realmente quiero darte es: cuando pienses en cambiarte de trabajo debes tomar en cuenta otras cosas. El sueldo es muy importante, pero no es lo único importante, y esto queda demostrado por todas las personas que se cambian de trabajo y luego se arrepienten de haberse ido y, en mi opinión, esto está sucediendo cada vez más y más.
¿Qué perdieron de vista? ¡Casi todo! Sólo se fijaron en el nuevo sueldo base. No valoraron todo lo demás, y la verdad es que nadie sabe lo que tiene ¡hasta que lo pierde!
Fuente: Forbes México
Autor: Arturo Luna